El día había comenzado muy bien, cuarta mano de color en Quincho y Enramada (perfectas), lijado y mano de pintura negra en Pampa, el chasis ya “estaría” listo (quizá le doy otra mano, total deberé seguir con esa pintura, mayores detalles en breve...) y como quedaba tiempo, bien, me decidí: Corchita. Así es, puse “primera” y revestí el MDF con corcho de 1mm de espesor. Quedó “epetacular”.
Y decía que el “...día había comenzado muy bien...” pues, se complicó sobre el final: cuando a la tarde intenté aplicar laca sobre Quincho (laca al agua para protección) se formó una burbuja, minúscula como una pulga, pero por ser perfeccionista intenté eliminarla y la cagué: se levantó la película plástica y la “burbujita” se transformó en una ampolla. Un desastre, olvidé la frase “lo mejor es enemigo de lo bueno”. A punto de revolear la carcasa por sobre el tapial, con riesgo de matar a un vecino, alterado por el calor (con 32°C según el termómetro, yo debí estar mínimo en el doble), tomé la decisión de lijar la tapa (circunscribiendo el área del desastre) y volver a pintarla. Como quedé tan “alterado” por el percance (y el calor), bien, pospuse tareas para mañana por la mañana, con la fresca mi mente debería funcionar mejor. Ah, casi olvido mencionar: como en Pampa habían quedado dos “huequitos” (por el tema de la “verruga”) que se me pasaron , tuve que volver a aplicar masilla...
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